Maggie y Sonja son dos leonas que fueron cruelmente explotadas durante ocho años por la empresa alemana de circos, “Zircus Las Vegas”, con el morboso fin de “entretener a los humanos”. Afortunadamente, luego de tanta oscuridad y maltrato, hoy pueden ver la luz de la libertad, dado que fueron rescatadas por las organizaciones Natuurhulpcentrum y Born Free, quienes las trasladaron a un Santuario ubicado en Sudáfrica.
Tricia Holford, coordinadora del programa de rescate de la fundación Born Free, cuenta que, en su estadía en el infierno, “debían realizar presentaciones regularmente para después permanecer el resto de su tiempo encerradas en un remolque de circo”.
Paradójicamente, aquello que las salvó fue una terrible lesión que tenía Maggie en su cola, cuyas causas se desconocen.
Al respecto, Sil Janssen, fundador y presidente del centro de rescate de vida silvestre Natuurhulpcentrum, describió:
“Maggie tenía una herida infectada en su cola. El circo tuvo una inspección por parte de las autoridades alemanas y se les advirtió que cuidaran de la cola infectada. Cuando el inspector de bienestar animal alemán volvió a ver la herida de la cola, ésta seguía estando crítica y el propietario de los animales recibió una advertencia final”.
Fue en mayo de 2013 cuando se llevó a cabo la última inspección que evidenció un deterioro aún mayor en el estado de la cola de Maggie. Así fue que ambas leonas fueron confiscadas junto con dos tigres que padecían las mismas atrocidades.
“Los animales fueron llevados al refugio Natuurhulpcentrum, donde fueron atendidos por un veterinario. Todos se encontraban en estado de desnutrición y uno de los tigres tenía problemas con sus patas traseras. Parte de la cola de Maggie tuvo que ser amputada, pero ella se recuperó velozmente.”
Un año más tarde, Natuurhulpcentrum y Born Free lograron llevar a Maggie y Sonja a un santuario en Sudáfrica en un largo viaje, que efectuaron en trenes, aviones y camiones.
Actualmente, viven en un lugar más natural y hasta se hicieron amigas de un león llamado Jerry, rescatado de un zoológico rumano.
“A pesar de que no pueden ser liberadas en la naturaleza, viven en un recinto grande y natural en su hogar ancestral de África. Esta es toda una vida lejos de las condiciones de estrechez y miseria que soportaron en el circo”, aseguró Tricia Holfort.
Maggie, Sonja y Jerry <3
Afortunadamente, para Maggie y Sonja hubo una segunda oportunidad, al igual que para Jerry y para los tigres rescatados junto con las leonas. Lástima que fue una lesión la que las llevó a la libertad y no la prohibición absoluta de los espectáculos con animales. ¿Por qué digo esto? Créanme que no soy de las personas que buscan cualquier motivo para quejarse aun cuando las cosas salen bien. Simplemente, intento ampliar la perspectiva.
Me alegra el alma que este grupo de almas inocentes haya sido rescatado y hoy pueda gozar de un ambiente natural como merecen, sin presiones, sin trucos ni horarios que cumplir. Sencillamente, pudiendo ser ellos mismos.
No obstante, esta historia nos debe dejar algo mucho más profundo y es el comprender a qué están expuestos los animales diariamente en pleno siglo XXI, cuando nos llamamos “evolucionados”, pero conservamos costumbres arcaicas bajo el perverso mote de “tradición”.
Por eso, alegrémonos de los avances, de los rescates, en sí, de cada paso dado en favor de los seres más puros de este Planeta. Pero no perdamos de vista que aún queda mucho por hacer, un gran camino por recorrer y es menester contar con muchísimas más voluntades para que ese sueño de un mundo mejor se plasme de una vez por todas en nuestra realidad cotidiana.
Silvina Rodríguez Gáspari
FUENTE: https://notasdemascotas.com/
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