BAHÍA BLANCA: PELUDETES SANADORES

580ccfe897f02_largeLuego de un fin de semana tormentoso, lleno de imágenes tristes, decidimos traer algo que nos devuelva la sonrisa. Y es que en el hospital Municipal Leónidas Lucero de Bahía Blanca, el área de pediatría recibe cada viernes la visita de peludetes terapeutas para colaborar con la sanación de los más chicos.

Se trata de la Asociación Bahiense de Terapia Asistida con Perros Ahora Juntos, conformada por un equipo de tres psicólogas y una psicopedagoga, quienes ingresan a cada habitación tras la pregunta “¿Podemos Jugar?”. Así es como con pelotas, aros, pelucas y una altísima cuota de dedicación alivian dolencias físicas y el alma de cada niño internado.

580cd02d1065d_largeNara, Tita, Lola, Bianca y Kali, labradoras especialmente adiestradas para esta actividad, con su simple mover la cola y “darles besos” los invitan a pensar que el hospital, después de todo, no es un lugar tan feo.

La iniciativa nació a fines de 2011, luego de que la licenciada en Psicología, Sonia Colisnechenko, quien llevaba años trabajando junto a su perra Nara en su consultorio, decidió compartir su exitoso método.

580cd03e7208b_largeEl entusiasmo por replicar esta experiencia en el ámbito público motivó a la conformación de un equipo psicoterapéutico -que trabaja ad honorem- conformado por las licenciadas en Psicología Sonia Colisnechenko, Carina Martínez y María Laura Viñuela y la licenciada en Psicopedagogía, Florencia Chiaravelli.

De esta manera, el proyecto se convirtió en la primera y única práctica de este tipo en todo el país.

580ccfb473f46_large“En 2011 nos enteramos de que iniciaba la experiencia en el hospital San Juan de Dios, en Barcelona, por la fundación Ctac, con quienes habíamos compartido un seminario. Con este antecedente y con muchas dudas de que el proyecto fuera bien recibido -o por lo menos tomado con seriedad- contactamos al entonces secretario de Salud, Dr. Diego Palomo. Para nuestra sorpresa, se fascinó con la propuesta y organizó un espacio de información para médicos, residentes y enfermeros, donde pudimos explicar la propuesta, mostrar videos y responder cada duda”, describió Colisnechenko.

580cd00b0dcd1_largeMarcela Pirchio, mamá de Thomás, quien en abril estuvo internado,  contó: “Thomy estuvo 10 días internado muy grave por su asma. Estaba con oxígeno, suero y medicación. Todo muy feo para sus 7 añitos. Él tenía mucho miedo a las inyecciones y a que le pongan una vía. La interacción con los perros fue algo mágico”.

Pirchio aseguró que, tras el contacto con los peludetes, su hijo perdió el miedo a la revisación y a las agujas: “Entendió que todo lo que hacían era por su bien y su pronta recuperación”.

580cd01cce6d7_largePor su parte, la licenciada María Laura Viñuela, afirmó: “Una aguja puede ser menos dolorosa o puede causar menos miedo o ser menos amenazante si, al momento en que le ponen la inyección, el chico puede acariciar al perro o contarle un cuento”.

Y sí, amiguetes, una buena tenía que haber después de las noticias amargas de estos días. Desde En Patas y Sin Pulgas, nos enorgullece saber que en Argentina se están incorporando cada vez más actividades que tienen a los peludetes como protagonistas. Porque ellos son capaces de sanar mucho más que cualquier antibiótico. Ellos saben cómo curar el alma, cómo devolvernos a la vida, cómo enseñarnos, por sobre todas las cosas, a no tener miedo porque su energía es poderosa y su puro corazón, el mejor de los remedios. 🙂 ❤

Silvina Rodríguez Gáspari

FUENTE: http://www.lanueva.com/